Sí, se que es hora de dormir pero el infalible insomnio no podía faltar
hoy aún después de tantas noches de desvelo que me acompañan por casi
una semana y aún cuando el cansancio del cuerpo sumado a la congoja del
alma sigan tan latentes en mi....
Por eso es tiempo, pero no de descansar sino de dar un GRACIAS inmenso y
sin saber si empiezo en orden o en desorden me lanzaré a hacerlo porque
eso es lo que el corazón me dicta en este momento.
GRACIAS a todos y cada uno de los amigos y allegados, e incluso
familiares, que se hicieron presentes y a los que no pudieron estar en
este momento de nuestro sentido duelo y que se manifestaron de diversas
formas para hacernos sentir su afecto y rindieron con sus palabras un
bonito homenaje a este sencillo pero gran hombre que con mucho cariño llamábamos "Cucho".
GRACIAS a la vida por permitirme, hace muchos años al conocerte, convertir el peor
día de mi vida en uno de los más importantes, justo cuando estaba dándole mi adiós al cuerpo de mi madre recién fallecida; en ese momento
me regalaste a la mejor amiga que hoy tengo y por la que estoy dispuesta a
tantas cosas por verla siempre feliz y triunfante, me regalaste la presencia de tu hija Aleida a quien considero mi hermana del
alma, que vino trayendo con su
aparición en aquel velorio -que más me parecía una obra teatral- una luz
de esperanza y de bondad en un lugar casi desconocido entonces para mi en nuestro recordado Tibú; Desde entonces tu hogar se convirtió en el mío, con ese
calor fraternal que tanto hacia falta a mi desconsolada alma y esa solidaridad espontánea que
habías cultivado tu en él, papito Felix.
GRACIAS a mi familia de sangre: padre, hermanas, tíos y primos que sin pensarlo dos veces
me dieron su pésame y apoyo en este momento, que comprenden es también mi
duelo, porque son testigos del significado que tienen los Martínez para mi y por lo tanto saben que como una hija más siento
tristeza por la desaparición física del Cucho. GRACIAS a quienes nos acompañan en el novenario que se realiza en casa
de Diego y a quienes con sus oraciones nos siguen acompañando desde
lejos.
Tengo muy claro mi querido Cucho que no hace falta mucha oración para
que tu alma esté en completa tranquilidad ya que en el recuerdo de todos
los que te conocieron está el saber que fuiste un hombre íntegro y cabal así como
amoroso y trabajador incansable con una entrega sin igual por su
familia.
Creo que las oraciones más bien son por los que quedamos, para que no
perdamos de vista ese buen ejemplo que dejaste y aprendamos un poco de
la sencillez y humildad con la que se asume la vida y se logra dejar una
huella imborrable como la que ahora nos enorgullece tanto de ti.
GRACIAS vida por este reto más a superar de dolor en el corazón y
valentía en el alma para fortalecer más mi convicción de ser feliz por
encima de cualquier circunstancia adversa que se le presente a mi
existir.
GRACIAS...
(Agosto de 2014)
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