viernes, 20 de junio de 2014

Al alba, amor, al alba

Me deje desnudar por tu voz y te sentí rozándome en mis sueños, acariciabas todos mis pensamientos y me extasiabas con tu más íntimos deseos.
Y mientras mi negativa permanente batallaba contra tu si tan insistente mis propios deseos libraban una batalla interior contra el orden establecido de los comportamientos.
La música rondaba en el ambiente por una serenata que nunca tuvo fin, acordes que franquearon las más hondas fibras de nuestros tímidos cuerpos dejándolos servidos al deseo y el placer.
Al fin nos entregamos sin reserva cuando el sol lleno de envidia le robaba su última luz a la luna.

Cóctel de poesía de embrujo y seducción que logró su objetivo y dejo un sinsabor de saberte tan lejos, hasta un nuevo amanecer donde  quizá sólo en sueños te vuelva a poseer. (Nadia 2014)

jueves, 19 de junio de 2014

Sonrie

Con solo esta sonrisa puedo borrar los mas grandes atropellos a mi corazón.......porque mi mente es más fuerte y valerosa y porque mi dignidad es mayor que la tristeza.

EL DILEMA DE LA FELICIDAD


Cada noche me sumerjo entre las sábanas de mis ilusiones queriendo encontrar ese sueño reparador para mi cuerpo agotado por una jornada más, sin embargo la inevitable compañía de mis desvelos no me abandona y se vuelve una constante; no me rebelo a esta realidad comprendiendo que tal vez lo inusual sería recostarme y no volver a despertar hasta que el sol se vuelva a levantar. Será una condición heredada o sólo una costumbre? la respuesta se hace simple al entender que cada vez hay un motivo diferente que se hace una ocasión o simplemente se convierte en el lugar de encuentro más privado que tengo con mis pensamientos y con mi corazón; es el momento justo para asimilar mis tristezas, asumir mis realidades y seguir tejiendo esperanzas de no alejarme nunca más de la felicidad. Pero será egoísta acaso ser feliz cuando amigos o allegados pasan por momentos de dolor? Otra pregunta que me ronda algunas madrugadas después de asimilar la partida inevitable de gente tan querida que no se olvidar y entonces me debato entre llorar o escribir como usualmente hago para desahogar las emociones que no puedo controlar. Y no es que el dolor se me haya vuelto ajeno, más bien lo he sentido tan cerca y me ha lastimado ya tanto que mi alma se apega de manera egoísta a la felicidad y mi razón cada vez con más determinación refuerza más esa verdad; no hay egoísmo cuando tu actitud puede proporcionar un poco de equilibrio a quien se quiere debatir por la tristeza o la desesperanza lo quiere cobijar; ser ese polo a tierra para decir que no existen las desgracias sino un simple devenir de circunstancias que casi nunca podemos modificar; la felicidad jamás será sinónimo de indiferencia porque si se lleva impresa en el corazón de una manera auténtica se vuelve terapia de sanación para el que esté falto de un consuelo diferente al de prestar tu hombro para llorar; y aunque no hay reproche en las lágrimas que son son ruta de escape de la infelicidad no debe ser costumbre algo que casi siempre hace mal; ellas refuerzan la tristeza que impide mirar con claridad todo el camino que aún queda por andar. En el llorar no debe haber vergüenza, hay que dejar correr las lágrimas cuando el sentimiento dice que ya no puede más y cuando depurar cuerpo y alma se hace urgente antes de volver a comenzar. Lo hice conmigo y me costó mucho descubrir que pude convertirme en un imán que atraía por sí mismo la infelicidad; fue un proceso largo y tortuoso, un batallar interno que me costó un mar de lágrimas del que puede salir victoriosa a la otra orilla dejando atrás el naufragio de mi infelicidad...he caminado entonces descalza por la arena, desnuda de mis penas y me he vestido de nuevo, esta vez de luz y de energía para que nada me vuelva a lastimar y para poder comprender que la felicidad no se busca porque ella te encuentra en la medida que te busques a ti mismo en lo más profundo de tu intimidad como cuando te desvelas y no lo puedes explicar.